Lecturas de la Misa Domingo 25 de Marzo 2012
Domingo 25 – Domingo V de Cuaresma. Morado.
LECTURA
Lectura del Libro de Jeremías. Jer 31, 31-34
Llegarán los días -oráculo del Señor- en que estableceré una nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá. No será como la Alianza que establecí con sus padres el día en que los tomé de la mano para hacerlos salir del país de Egipto, mi Alianza que ellos rompieron, aunque yo era su dueño -oráculo del Señor-. Ésta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel, después de aquellos días -oráculo del Señor-: pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones; Yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo. Y ya no tendrán que enseñarse mutuamente, diciéndose el uno al otro: “Conozcan al Señor”. Porque todos me conocerán, del más pequeño al más grande -oráculo del Señor-. Porque yo habré perdonado su iniquidad y no me acordaré más de su pecado.
Palabra de Dios.
Comentario
¿Dónde está la Ley de Dios? ¿Es un escrito en un libro, como fueron antiguamente las tablas de piedra? ¿Es una fórmula aprendida en el catecismo? ¿Es un código para repetir? Dios quiere grabar su ley, que es alianza de amor, en el corazón. Sólo dándole nuestro corazón, lo más íntimo de nuestro ser, participaremos de esta alianza.
SALMO Sal 50, 3-4. 12-15
R. Crea en mí, Dios mío, un corazón puro.
¡Ten piedad de mí, Señor,
por tu bondad, por tu gran compasión,
borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa
y purifícame de mi pecado! R.
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia
ni retires de mí tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
que tu espíritu generoso me sostenga:
yo enseñaré tu camino a los impíos
y los pecadores volverán a ti. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la Carta a los Hebreos. Heb 5, 7-9
Hermanos: Cristo dirigió durante su vida terrena súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas, a Aquel que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión. Y, aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer. De este modo, él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen.
Palabra de Dios.
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